si yo no fuera el octavo hijo
si en mi ataúd cupiese tu recuerdo
valdría la pena luchar
pero no dejaré de ser el octavo hijo
ni sabré competir como si fuera el
primo
la muerte aborrece los laberintos
los sótanos las zotehuelas
en mi ataúd sólo cabrá mi infancia
el miedo va incluido
y el rencor y todas esas cosas
que extraño de mi
y que nunca he tenido