La noche
la inclemencia
un tedio de tormenta en la garganta
la noche
el desaliento
en la pared
carteles que anuncian la sangre hipotecada
han pasado la horas
de pronto
un eclipse imprevisto de luna en la ventana
el camino muere en la puerta de enfrente
nada es peor que la vida en la nostalgia
¡Ah la saudade que tanto nos fustiga!, que con nada se conforma, que nos bebe el alma, los sentidos... ¡Cómo me ha tocado este magnífico poema!
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