la que separa la infancia de la muerte
en este mundo los perros enmudecen con la noche
un desconocido dispara al aire balas de salva
una mujer sin manto recorre impúdica el recuerdo
desde alguna ventana escapa el canto de niños irremediables
hartos de la internet regresan al arrullo milenario de la canción de cuna
escucho caer la vieja barda
la que separa la infancia de la muerte
cae ladrillo tras ladrillo
cae inmisericorde
cae
el insomnio y la amnesia hacen del presente un bosque con neblina y voces sin descanso
veo pasar la casa de mi niñez tiene ojos de madre y está cerrada
un rosal crece solo en el patio abandonado
alguien duerme en mi cuarto
algún viejo fantasma como yo con un recuerdo de muerte
me detengo a escuchar el llanto acumulado
paredes y ventanas puertas cerradas
en ese cuarto el que da a la calle el de ventana de fierro el primero
murió mi padre
fue un diciembre maldito
en ese mismo lugar vive aún el virus del rencor
no es un sueño común es la sombra del sigilo y la mirada del sordo
el tacto presumido del rencor que abre la ventana para huir del destino
es la próxima muralla muro de los lamentos pared donde mi nombre fue escrito
la que pronto será como esa casa escombro
no quedará piedra sobre piedra nadie fincará nada en donde nada hubo
el odio no cuenta sólo el miedo en la espalda como el frío del que nació el duelo
escucho caer la vieja barda
la que separa la infancia de la muerte
cae ladrillo tras ladrillo
cae inmisericorde
cae
cae
Que fuerte...esta lleno de nostalgia y melancolía, pero no deja de ser tan vivo. Recuerdo que nos contaste la historia de tu nombre escrito en esa barda. Ya tenía tiempo que no pasaba por aquí y con cada visita reafirmo lo que siempre he pensado, mi admiración y la falsa envidia que a veces me da por querer que se me ocurran paisajes (sólo) similares a los tuyos. Aplausos de pie estimado Félix
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