muero para que
vivas
pendiente de las
rocas y los ríos
y nada te
distraiga de las olas
ni los peces que
vuelven a su nido
ni los bañistas
hartos de la sombra
porque espero
que caiga por su peso
el sol amargo de
la desventura
y sepas que
muero para que vivas
pendiente
siempre de mi sepultura
Con once sílabas sonoras, ocho veces repetidas, suena un bello canto a tus deseos de vida eterna en los ojos de otra sombra...
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