Gala
la cuya que vive en mi casa,
me mira con nostalgia de roedor
me alegra
come hojas de apio
zanahorias
semillas varias
aunque a veces prefiere
el periódico
devora las noticias
con frecuencia se detiene
en la sección deportiva
Gala sabia
le gusta como a mí el beisbol
el otro día la sorprendí
masticando la foto de Barry Bonds
el día que rompió el record de jonrones
igual que yo se harta de la nota roja
la toma de la tribuna
la ilegitima ceguera del legitimo
cuando por error ingiere alguna de esas crónicas
come manzana o los restos de alpiste de las aves
en la noche cubro su casa con una manta
Gala vive en mi esperanza
como un sueño roedor de las angustias
¡Ay Dios mío! Me encanta pensar en Gala... y en su precioso pelo, en sus ojos inquietos, en su estómago que seguramente a veces se indigesta pero que aún así, vuelve cada noche a dormir gracias a tu dulce manta...
ResponderEliminar¡Me encantó este poema, Félix! tanto, que lo compartí con cuanta persona se atravesó en mi camino. A mí también me gustaría escribirle algo a la perrita que se me fue pero creo que todavía no tengo valor para revivir el recuerdo ¡Un beso!
ResponderEliminarsí...me encanta como cuentas una historia de la cotidianidad con tanta ternura y tanta maestria... Gracais por estos Poemas...gracias por estos pedazos de sueños...
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