no hay donde dormir
ni trinchera segura
en el centro de la diana
un simulacro de héroe
refugio
disparo certero
nada más
otra vuelta de tuerca
y el recuerdo convoca
guerreros enfrentados
destinos manifiestos
en el centro de mando
la pantalla recuerda
el clandestino amor del miliciano
la ciudad renace desde el disparo austero
las calles silencian el murmullos de puertas
de una ventana salta el pasado
y vuela
en el campo de batalla mueren los mismos de siempre
en el centro de mando se equivocan los mismos de siempre
en mis manos aparecen los reproches de siempre
vengan héroes a sentar cabeza
vengan perros a escupir su miedo
que nadie espere de nosotros sacrificio mayor
destreza inigualable
que nadie sueñe con triunfos robados
ni saltos de mata
madre de los cristales
aquí está tu hijo dispuesto a renacer de tus cenizas
aquí en la fortaleza de la infancia te espero
en el campo de batalla y al fin libre
madre de los cristales
siento en la sien la bala del destino
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